martes, 20 de noviembre de 2012

A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar.
Tú cambias de rumbo intentando evitarla.
Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti.
Tú vuelves a cambiar de rumbo, Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes.
Y esto se repite una y otra vez.
Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer.
Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo.
Esta tormenta, en definitiva, eres tú.
Es algo que se encuentra en tu interior.
Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso.
Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo.
Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Camino.


A veces en la vida hay momentos lo suficientemente difíciles para que te dejen sin dormir unas cuantas noches.
El amor y el desamor son esos dos temas que dejan sin aliento a demasiadas personas.

¿Como saber si lo que haces es lo correcto, si es lo que él quiere?

Personalmente, creo que no hay ningún método previo. La única solución ante esta duda es seguir caminando y
a lo largo del sendero te darás cuenta de como resultó ser tu decisión.

En esos días tristes, en los que deseas llamar a cualquiera menos a él para que no sienta tu debilidad, por que sabes que no lo entenderá
y sobre todo por miedo a agobiarle.


Tengo la mala costumbre de encariñarme demasiado rápido de las personas, y peor aun, de quienes ni siquiera lo valoran.
A veces me pongo a pensar “¿por que rayos soy tan idiota?”
Pero...Me hace sentir bien.
Soy así y así seré, de buen corazón.

Acepto que soy bipolar, y que a veces tengo mis momentos malos, pero…

Si no puedes soportarme en mis peores momentos tampoco deberías estar en los mejores.

miércoles, 1 de febrero de 2012

La vida se basa de los recuerdos y pequeños momentos;

nosotros mismos somos recuerdos,

porque somos lo que en un pasado lejano o cercano nos marcaron, en ciertas palabras…
somos nuestro pasado.
El pasado siempre será parte de nosotros; pero hay que saber diferenciar entre serlo y vivir en él.
Somos nuestro pasado y siempre recordaremos lo felices o infelices que fuimos en aquel momento, pero hay que pensar que hoy es el pasado de mañana, así que hoy se tiene que vivir al máximo y crear momentos para que un día cuando nos deténgamos digamos "Fuí feliz"